BRINDANDO SOBRE LOS ESCOMBROS

LA CENSURA QUE DERRIBÓ UN CANAL

LA CENSURA QUE DERRIBÓ UN CANAL

El primer programa de la dirección de noticias del canal de cable ALEF NETWORK fue emitido en 1995,  días antes del primer aniversari...

sábado, 12 de noviembre de 2022

ALEF NETWORK: EL ENCUBRIMIENTO TELEVISADO


 En la primera parte de esta nota  (LA CENSURA QUE DERRIBO UN CANAL)  se refirieron algunas de las consecuencias de las revelaciones que desde la dirección de noticias de Alef Network veníamos difundiendo sobre la causa AMIA y el encubrimiento.
La primera producción local del canal Alef fue para el primer aniversario del atentado a la AMIA,  con una visión muy crítica de las investigaciones y de la actuación del gobierno de Menem.   Una entrevista que le hicimos al ministro del Interior Carlos Corach mereció gran espacio en "La Nación" del 22 de julio de 1995 porque allí Corach, en un traspié,  aparecía reconociendo un aspecto muy incómodo para el gobierno:  la participación local .  Años después se reveló que en aquella misma época el gobierno ya se encontraba en tratativas con Telledín para imputar a falsos culpables:  en 1995 le ofrecieron un millón de dólares para acusar a unos libaneses detenidos en Paraguay (ver DAIA Y ENCUBRIMIENTO ) .

Supimos por una fuente allegada a los accionistas que Menem le transmitió su enojo a Corach,  y éste a Beraja.    Estábamos transitando en julio de 1995 los primeros pasos del canal,   y en las semanas siguientes se desataron por parte de Beraja y sus socios del Banco Mayo todo tipo de presiones sobre el departamento de noticias que dirigía conjuntamente con Marcos Doño,  encaminadas a eliminar la división informativa.


No solo como resultado de las repercusiones del primer programa sobre el atentado,  sino como consecuencia de una radical contraposición de miradas sobre el tema.  En particular,  respecto de la pista local y del papel de las fuerzas de seguridad e inteligencia en el atentado.     Además de delicadas y subterráneas movidas políticas que en ese momento Doño y yo desconocíamos.

En esos mismos días,  un medio judío norteamericano publicó una nota al año del atentado,  con opiniones -entre otras-  mía y de Beraja.    A continuación las declaraciones de cada uno (el original en inglés a la izquierda,  y a la derecha la traducción de Google,  con errores como "organización judía paraguaya" en lugar de organización paraguas,  por umbrella).    Apunté a la conexión local, y tuve apreciaciones completamente enfrentadas a las de Beraja  



Seguramente las declaraciones de un director periodístico del canal del cual Beraja era el presidente no habrán pasado desapercibidas,  en especial cuando  -hoy sabemos-  la DAIA y sus abogados se encontraban pergeñando oscuras maniobras junto al gobierno,  la SIDE y el cooptado juez a cargo de la causa.   

Solo unas semanas después, el  28 de setiembre de 1995,  tuvo lugar una audiencia sobre el atentado a la AMIA en Washington,  donde un rabino norteamericano denunció clara y taxativamente que en Argentina el juez Galeano estaba desviando la investigación,  y consumando el encubrimiento bajo órdenes de Menem.   El titular de la DAIA Rubén Beraja contestó descalificando esas denuncias,  respaldó al juez,  a la SIDE y al presidente Menem,  y sostuvo que el atentado estaba prácticamente esclarecido  (ver informe completo en  http://lacausamia.blogspot.com.ar/2015/09/daia-y-encubrimiento-en-el-lugar-de.html ) 



A contrapelo del rol defensor del juez y el gobierno asumido por Beraja,  nuestra posición seguía formando parte del reducido grupo de periodistas que insistían en poner la lupa en la trama local. Como por ejemplo se refleja en la revista "Time" del 18 de diciembre de 1995: 






En ese mismo mes de diciembre de 1995,  y tras varios intentos fallidos de anulación de la sección de noticias, Beraja pasó a las vías de hecho.  Comenzó remitiendo a través de su delegado Pablo Perel telegramas de despido para los empleados de la división de noticias,  mientras las oficinas del sector eran totalmente ocupadas para otros destinos y se suspendían los servicios contratados para el noticiero.      El clima interno del canal ya era opresivo,  y se ordenaba acallar cualquier crítica con amenazas de todo tipo.  La mayoría acató en silencio.   




Ante la gravedad de los acontecimientos,  Doño y yo recurrimos el 15 de diciembre de 1995 a un escribano para documentar parte de las irregularidades y medidas de facto que se estaban perpetrando.   Particularmente,  para dejar constancia de la "ilegalidad de los despidos del personal de noticias",  y documentar "el cese de la provisión de servicios técnicos e informativos para la división de noticias y el cese de producciones provenientes de dicho departamento",  "el retiro de elementos de esa oficina",  y "la afectación de las oficinas ocupadas por la dirección de noticias a otros destinos",  además de manejos financieros irregulares.    En medio de la diligencia,  se presentó el indicado Perel para abortar el trámite. 
Al no conseguirlo, tras salir para consultar telefónicamente con "el presidente del directorio" (Beraja) , volvió con un agente policial y con seguridad privada,  para interrumpir el acto y expulsar al escribano. Todo lo cual fue volcado en el acta:       










El conflicto quedó un  tiempo en stand-by,  y se extendió durante más de un año,  con una tregua de unos pocos meses donde recuperamos brevemente el acceso a la pantalla,  e incluyó un largo intercambio de cartas documento por el manejo despótico del proyecto del cual con Doño habíamos sido generadores (http://lacausamia.blogspot.com.ar/2016/10/la-censura-que-derribo-un-canal.html) .  La introducción "de contrabando" del tema causa AMIA en nuestro programa,  determinó el conflicto final.    








En el año 2001,  aporté al expediente de la quiebra de Alef Network un escrito refiriendo estas circunstancias:   la historia que vincula el encubrimiento del atentado a la AMIA con el canal de TV por cable ALEF NETWORK.






Ya no existen el canal Alef Network ni el Banco Mayo,  pero quedan las constancias de una época signada por la impunidad de crímenes atroces,  la traición y el silenciamiento.  




Todos los muertos de la A.M.I.A. 
y los de la Embajada de Israel, 
el poder secreto de las armas, 
la justicia que mira y no ve. 

Todo está escondido en la memoria, 
refugio de la vida y de la historia. 


(León Gieco, "La Memoria")















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